En Chiang Mai (Tailandia), la señorita Chen, de China, suda la camiseta en la pista de tenis durante su habitual clase particular semanal.
Esta joven de 26 años trabajaba en un banco de Shanghai, donde tenía un empleo estable y bien remunerado. Pero abrumada por sus perspectivas profesionales y su deseo de libertad en la época de la epidemia, la Sra. Chen y su marido decidieron poner fin a su vida en Shanghai y trasladarse a esta pequeña ciudad del norte de Tailandia para establecerse.
La estricta política de cierre de China durante la epidemia de Xin Guan y el entorno laboral cada vez más "invasivo" han hecho que cada vez más jóvenes chinos opten por trasladarse al extranjero. Entre ellos, Chiang Mai (Tailandia), con su ritmo de vida pausado y sus precios relativamente baratos, se ha convertido en la primera opción para muchos. [Seguir leyendo]