Recientemente, según informaciones aparecidas en los medios de comunicación internacionales, Google se enfrenta de nuevo a un importante desafío legal por violar las leyes de propiedad intelectual de la Unión Europea, concretamente por infringir los derechos de autor de organizaciones de medios de comunicación, y el regulador francés pertinente le ha impuesto una multa de hasta 250 millones de euros. Esta multa es la cuarta vez en los últimos años que el regulador francés de la competencia toma medidas contra Google por infringir la normativa sobre derechos de autor.
En concreto, los reguladores franceses señalaron que Google utilizó sin permiso contenidos de editoriales y organizaciones de noticias francesas para entrenar su chatbot de inteligencia artificial, antes conocido como Bard y más tarde rebautizado como Gemini, lo que se consideró una violación de la legislación de la UE sobre derechos de propiedad intelectual. Entre los aspectos concretos de la infracción figura el incumplimiento de cuatro condiciones clave de un acuerdo de conciliación alcanzado en 2022, que exigen a Google entablar negociaciones justas con los editores en cuestión y facilitar información transparente.
De hecho, no es la primera vez que se sanciona a Google por este tipo de cuestiones. En abril de 2020, la agencia antimonopolio de Francia emitió una orden provisional que exigía a Google iniciar negociaciones con los editores de noticias sobre el pago justo por el contenido de las noticias en un plazo de tres meses. El incumplimiento continuado de esta normativa dio lugar a una multa de 500 millones de euros (aproximadamente 592 millones de dólares) en 2021 por no negociar adecuadamente un pago justo por los contenidos publicados.
En su último comunicado, la Autoridad Francesa de la Competencia subraya que, para llegar a un acuerdo, Google se ha comprometido a no defenderse de estas infracciones y ha propuesto una serie de medidas destinadas a corregir las deficiencias de sus productos y servicios.
Además, según AFP, muchos editores, autores y organizaciones de noticias de todo el mundo han estado luchando con el hecho de que ciertos servicios de IA han estado recopilando grandes cantidades de su contenido en línea y utilizándolo sin previo aviso, por no mencionar el hecho de que estos servicios no suelen pagar por ello. Francia ha estado a la vanguardia de los esfuerzos por proteger los derechos de autor de estos grupos y oponerse a que cualquier empresa utilice comercialmente sus contenidos sin permiso. Google no es la única plataforma que se enfrenta a acusaciones de este tipo; muchas otras han sido acusadas en los últimos años de utilizar obras de autores sin su consentimiento y beneficiarse de ellas con miles de millones de dólares.