El problema es polifacético y he aquí las posibles causas:
- Regulación legal laxa: En algunas zonas, la producción y venta de productos de imitación puede no estar regulada por leyes estrictas. Esto significa que los blogueros pueden promocionar legalmente productos de imitación sin estar sujetos a sanciones legales. Por supuesto, en algunos países y regiones, los productos de imitación pueden ser ilegales y los blogueros pueden enfrentarse a riesgos legales si los promocionan.
- Algoritmos de YouTube y políticas de la plataforma: Los algoritmos de YouTube pueden tener en cuenta el número de visitas, el número de suscriptores, etc. como criterios para evaluar la calidad y la popularidad de un vídeo. Si el vídeo de un bloguero obtiene buenos resultados en estos ámbitos, la plataforma puede recomendar el vídeo a más espectadores. Además, la plataforma YouTube no prohíbe a los blogueros promocionar productos de imitación, siempre que dichos productos cumplan las políticas y normativas de la plataforma y no infrinjan los derechos de propiedad intelectual de terceros.
- Público objetivo: los productos de imitación suelen ser más baratos que los auténticos, por lo que algunos usuarios los prefieren. Estos usuarios pueden buscar vídeos o reseñas relacionados con productos de imitación, y los blogueros satisfacen esta necesidad. Además, algunos blogueros pueden tener un público específico más propenso a comprar productos de imitación, y los blogueros pueden aprovechar esta ventaja para promocionar estos productos.
Es importante tener en cuenta que la promoción de productos de imitación puede plantear algunos problemas éticos y legales, por lo que los blogueros deben considerar detenidamente si sus acciones son legales y éticas. Al mismo tiempo, los espectadores también deben tener cuidado con estos productos y ser conscientes de si los productos que compran cumplen las normas legales y de calidad.
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